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Un equipo internacional de científicos entre los que se encuentra Jesús Ruiz, profesor del Departamento de Geografía, revela un enfriamiento de la Península Antártica durante la última década
El artículo, publicado por la revista Science of the Total Environment, constata una recuperación de hielo marino en la región durante la última década, y una ralentización del retroceso de los glaciares, refutando la tesis de que el cambio climático implica un calentamiento continuo.
La Península Antártica, región más cálida del continente antártico y donde se localizan la mayoría de bases científicas, muestra un notable enfriamiento durante la última década.
Así lo ha puesto de manifiesto un trabajo internacional, en el que participa la Universidad de Oviedo, y que acaba de ser publicado en la revista Science of the Total Environment.
Hasta la fecha, la práctica totalidad de estudios científicos e informes internacionales de referencia - como el Panel Internacional del Cambio Climático (IPCC) - habían señalado la Península Antártica como una de las áreas de la tierra donde el aumento de temperatura había sido mayor desde mediados del siglo XX, con un incremento de hasta + 2,5 º C.
Este análisis más detallado de las temperaturas muestra que el calentamiento sostenido alcanzó su máximo en 1998-1999 cuando la temperatura anotó los valores más elevados medidos en la región, coincidiendo con el fenómeno de El Niño más intenso de las últimas décadas. Desde entonces, las temperaturas han descendido significativamente, en casi 1º C, en la última década (2006-2015) con respecto a la anterior (1996-2005) en las zonas norte y nordeste de la Península, y valores similares en las Islas Shetland del Sur, donde se localizan las bases científicas españolas Juan Carlos I y Gabriel de Castilla. Este descenso de temperaturas trae consigo una mayor presencia de hielo marino en la región, una ralentización del retroceso de los glaciares y plataformas de hielo, así como una reducción de la capa activa de permafrost y mayor duración de la cobertura de nieve.
Estas observaciones chocan con las tesis extendidas en la comunidad científica internacional hasta la fecha, que definían esta zona como una de las que más se había calentado del planeta y asociaban a este calentamiento acelerado los cambios observados en los ecosistemas.